Capítulo 5.- Adiós
Ratón andaba por el arcén de la carretera, su gran amigo le echó a patadas del poblado, eran tantas las dosis que necesitaba que prescindían de él, sin previo aviso, sin alternativa, sin valorar que llevaba desde pequeño trabajando en esto. Ratón pensó que el mundo laboral les pertenece a unos pocos, el resto solo somos herramientas con fecha de caducidad.
Cada coche que pasaba veloz a su lado le atraía con fuerza, así era como murió su padre, pensó incluso en que lo de su padre no fue un accidente sino una búsqueda rápida de la tranquilidad que tanto ansiaba él en estos momentos.
Le dolía el cuerpo del finiquito que le propinó su jefe, le dolía todo internamente como castigo de su cuerpo por no darle la dosis correspondiente y le dolía ante todo el verse andando por este estrecho andén bajo la mirada de desprecio de todos los conductores que pasaban. Eso es lo que Ratón no pudo soportar, pasó la época cuando le miraban con pena esperando el día en que le mirarían con miedo, disfrutó de los días cuando consiguió ver ese reflejo de miedo de quién le miraba y pasar en tan poco tiempo al desprecio fue un mazazo insoportable para un cuerpo tan frágil.
Siguió andando pensando en su miserable final, si al menos pudiera despedirse con una sobredosis se iría a lo grande. Pensó que si se arrojaba a un coche este le podría dejar malparado pero no matarle, entonces iría a un hospital y volverían las miradas de pena ¡¡¡a su años!!!!
Al final se sentó en el arcén a pensar que era lo que estaba pasando, hasta el momento su vida transcurrió por donde debía transcurrir, todo estaba escrito, por lo tanto solo tenía que pensar para ver como salir de esta.
Hizo un rápido resumen, un niño criado en un poblado junto a un padre alcohólico, sin estudios, totalmente enganchado a cualquier tipo de droga, abandonado por su familia, sin casa, sin dinero. Hasta ahí la situación, las posibles salidas eran…………., volvió a pensar, podría intentar………si dejase la droga……..como un resorte se puso en pie, invadió la carretera y avanzó deprisa hacia un camión que le envistió mandándole allí donde la mente descansa y el cuerpo no duele. Al único sitio donde se sentiría igual que los demás.
Ratón andaba por el arcén de la carretera, su gran amigo le echó a patadas del poblado, eran tantas las dosis que necesitaba que prescindían de él, sin previo aviso, sin alternativa, sin valorar que llevaba desde pequeño trabajando en esto. Ratón pensó que el mundo laboral les pertenece a unos pocos, el resto solo somos herramientas con fecha de caducidad.
Cada coche que pasaba veloz a su lado le atraía con fuerza, así era como murió su padre, pensó incluso en que lo de su padre no fue un accidente sino una búsqueda rápida de la tranquilidad que tanto ansiaba él en estos momentos.
Le dolía el cuerpo del finiquito que le propinó su jefe, le dolía todo internamente como castigo de su cuerpo por no darle la dosis correspondiente y le dolía ante todo el verse andando por este estrecho andén bajo la mirada de desprecio de todos los conductores que pasaban. Eso es lo que Ratón no pudo soportar, pasó la época cuando le miraban con pena esperando el día en que le mirarían con miedo, disfrutó de los días cuando consiguió ver ese reflejo de miedo de quién le miraba y pasar en tan poco tiempo al desprecio fue un mazazo insoportable para un cuerpo tan frágil.
Siguió andando pensando en su miserable final, si al menos pudiera despedirse con una sobredosis se iría a lo grande. Pensó que si se arrojaba a un coche este le podría dejar malparado pero no matarle, entonces iría a un hospital y volverían las miradas de pena ¡¡¡a su años!!!!
Al final se sentó en el arcén a pensar que era lo que estaba pasando, hasta el momento su vida transcurrió por donde debía transcurrir, todo estaba escrito, por lo tanto solo tenía que pensar para ver como salir de esta.
Hizo un rápido resumen, un niño criado en un poblado junto a un padre alcohólico, sin estudios, totalmente enganchado a cualquier tipo de droga, abandonado por su familia, sin casa, sin dinero. Hasta ahí la situación, las posibles salidas eran…………., volvió a pensar, podría intentar………si dejase la droga……..como un resorte se puso en pie, invadió la carretera y avanzó deprisa hacia un camión que le envistió mandándole allí donde la mente descansa y el cuerpo no duele. Al único sitio donde se sentiría igual que los demás.
Fin
Signatus
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