Ilustración :Angela Carrasco

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La vida de" Ratón" por Signatus

Capítulo 4.- La decadencia

Todas las noches decía que al levantarse iría a conseguir dinero para su familia, ya nadie le pasaba mercancía para vender por lo que debía buscar el dinero en otro sitio.

Todas las mañanas al levantarse decía que esa noche saldría a conseguir dinero para su familia, de día iba a estar muy ocupado buscando la manera de conseguir las papelinas de las que dependía.

Así pasaban los días hasta que un día al levantarse, su mujer y los niños no estaban, los vecinos le dijeron que una furgoneta vino a buscarles de madrugada, su suegro se los llevó a todos a otro poblado, ya no aguantaban más la situación, ya no aguantaban mas a Ratón.

Desde ese día, en el poco tiempo de paz de la que disfrutaba después de inyectarse la dosis, pensaba como había llegado a esa situación. Se recordaba de pequeño, todo el día siguiendo a un padre cada vez mas dominado por el alcohol, jugando en la calle con otros niños cuya meta era que un día les mirasen con miedo y no con pena, alejándose cada vez mas de una sociedad que nunca le quiso tener cerca, entonces esbozaba una ligera sonrisa y se decía a sí mismo antes de dormir “Ratón, esto ya estaba escrito”.

Un buen amigo le dio trabajo, Ratón pasaba el día a la entrada del poblado y en cuanto divisaba algún posible policía daba una perdida al móvil de su jefe, el sueldo era suficiente, algo de comida y sus dosis, cada vez mas cortadas eso sí, …un jefe es un jefe sea cual sea el negocio al que se dedique.

Durante esa temporada Ratón vivió una extraña alegría, tenía cubiertas sus necesidades básicas y nada le importaba, echaba de menos a su familia pero comprendía que estaban mejor lejos de él. Tenía mucho tiempo para pensar, la droga consumía su cuerpo pero estaba disfrutando de una claridad mental muy superior a la que nunca tuvo. Se dedicó a analizar su infancia, también pensó mucho en la gente que venía de los barrios al poblado, como se comportaban, que cosas les había oído comentar, como vivían en esas casas altas.

Un día soleado, mientras el resto de vecinos permanecía en sus casas Ratón vigilaba a la entrada del poblado absorto en sus pensamientos, se sorprendió él mismo cuando notó unas lágrimas resbalar por su mejilla, estaba viviendo algo que todos pasamos al menos una vez en la vida, compararnos con nuestro padre. La imagen de su padre cada vez era mas borrosa, los malos momentos habían sido casi olvidados, sin embargo recordó las noches que pasaron abrazados, los días de invierno que le llevaba en brazos hasta el bar donde desayunaban y los ojos con los que le miraba mientras él tomaba el pan con aceite. Lloró sin miedo a que le viesen, lloró por los besos y abrazos de los que privó a sus hijos y pensó en como le recordarían a él.

Se levantó y acercándose hasta la puerta de su gran amigo y jefe llamó débilmente, necesitaba una ración extra de su medicina ya que la vida en este mundo le comenzaba a parecer insoportable.
Continuará
Texto:Signatus
Fotografía:David Mas

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