Ilustración :Angela Carrasco

lunes, 17 de noviembre de 2008

Los que se van y los que se quedan


Este es un texto que también lo escribí para el Boletín de Moranchel hace unos años ,como creo que tiene pinceladas de las gentes de esta aldea hasta aquí lo traslado.

El fin del verano ha llegado.Los que se van se despiden de los que se quedan ,cargan en sus maletas algún calabacín,patatas , cebollas, y se marchan como emigran los pájaros en busca del calor de la ciudad , del bullicio,al reencuentro con la rutina y el anonimato.

El veraneante mientras se aleja con su coche,hechará de menos el pueblo,las vacaciones , los paseos por el campo,las barbacoas en compañía de familia y amigos,las fiestas de los pueblos,montar en bicicleta,la siesta,bañarse en las frías aguas del río,pescar,coger ciruelas y moras en el huerto ,ver estrellas fugaces y charlar por la noche al fresco.

Cuando lleguen a la ciudad ,empezarán a soñar con el regreso,quizás el próximo fin de semana si hace buen tiempo.

Los que se quedan se despiden de los que se marchan.El silencio se instala repentino sin transición como un golpe seco ¡Zas! Todo en silencio;la tierra, los árboles , las calles .Únicamente silencio.

Los que se quedan están clavados al suelo viendo como se detiene todo,viendo como las puertas de los que se han ido quedan protegidas por maderas sujetas por piedras y las persianas bajadas.

Verán regresar el paisaje otoñal y el invernal.Verán como enmudece la chopera,la plaza y el frontón.El río se tornará verde y mostaza y el pueblo seguirá sin tiendas ,sin cine ,sin panadería, sin niños y sin apenas gente.

No todo el mundo sirve para quedarse después del verano junto al olor a humo de encina,a hojas secas , a raíces podridas ,a piedra, arcilla y musgo. No todo el mundo soporta ver como se vacía el pueblo y se llenan las ciudades, y la soledad se instala a tu lado .

Los que viven en el pueblo están acostumbrados al abandono , al duro invierno ,a la quietud , a no ver ni un alma,a ser cuatro gatos , a la vida en cámara lenta,y a lo de siempre. Volverán al campo, al pastoreo ,a las tareas duras con el rostro serio pero con la mirada tranquila sin ansiedad ni zozobra.Alzarán la cabeza al cielo,mirarán y callarán.Aunque se quedan sólos no se quedan tristes.

La vida se torna simple y verdadera.Los que se quedan saben que cada uno de ellos lleva escrito en la mirada su odio , su amor,su envidia , su dolor,su enfermedad o su desgracia,lo que les pone triste y lo que les alegra .Son las cosas que tienen los pueblos ....que todo se sabe.

Al veraneante le dará pena irse,pero la pena se reparte entre los que se quedan y los que se van,penas diferentes ,pero penas al fin y al cabo,cada uno la suya.Y la vida sigue para todos.Unos saben que volverán como las oscuras golondrinas y otros saben que regresarán y que habrá transcurrido otro año más.

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