
El recuerdo de aquella mujer para la que un beso era el pan.
El panadero viene cada dos días,pitando para que los vecinos sepan que deben bajar a la plaza.Ella tiene un ritual pequeño cada vez que lo escucha.Va a la alacena,coge la bolsa de tela colgada de un clavo,y se descubre en un gesto heredado,sacudiéndose el mandil.Antes de salir va a la mesilla de la habitación de la abuela y coge su monedero.El dinero del monedero de la abuela.No importa que haga diez años que la abuela murió.Ella siempre baja al pan con aquel monedero,es negro,duro y con dos pequeñas bolitas de plata para abrirlo y cerrarlo.Deja la puerta entornada,baja la calle y a veces piensa en ella.A veces no hace falta.A veces basta con esa costumbre pequeña y cuidadosa.Es solo un instante y se produce,ocurre.Ella baja la cuesta,y la mujer que fue su abuela entonces es esa mañana memoria viva.
Texto :Belong
Pintura:Daniel Gónzalez Poblete.
¿Quién no se ha acordado de su abuela leyendo esto?.Tantas cosas tenemos en común hasta los monederos con bolitas plateadas.Felicidades a Belong por hacernos recordar con ternura a las abuelas del pueblo.
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