Isabel es una amiga de mi madre. Viene a casa de vez en cuando. Alguna tarde entre semana, mientras hago los deberes escucho divertida lo que le cuenta a mi madre de su trabajo. Pero el mejor día es la tarde de domingo, cuando se queda conmigo para que mis padres vayan al cine. Sólo nos quedamos en casa si llueve porque a Isabel lo que le gusta de verdad es pasear, andar por las calles.

Todos los domingos lleva tacones. Dice que ella me regalará los primeros zapatos de tacón cuando tenga edad. Cuando andamos me explica las calles. Dice que en el edificio que está frente a nosotros, en esa esquina, había una fonda y allí vivió un poeta que era muy pobre y para colmo de males murió en otra pensión, lejos de aquí. Dice que en el parque en el que la rosaleda es más grande que toda mi casa, se hicieron novios sus abuelos. Que en aquella callejuela, una mula agonizaba porque una bomba había herido su pata y la gente salió de sus casas con cuchillos para cortarle la carne cuando aún estaba viva. Dice que se pasó mucha hambre. Dice, que el zoológico también cabía en un parque y estaba dentro de la ciudad. Dice que en ese patio de colegio jugó por primera vez a las canicas. Dice que en esa avenida llena de árboles, de septiembre a junio los estudiantes pasean lo libros y alguna vez, los leen. Dice que en esa calle se puede ver a hombres en celo, buscando por los portales. Dice que no tenga miedo de lo que vendrá, que lo peor y lo mejor en la vida van siempre muy juntitos. Dice, que siempre que una pueda, a la vida hay que mirarla cara a cara. Dice que a veces para eso hay que alzarse un poco y ella, utiliza sus tacones. Por eso cada tarde de domingo, me dice contenta “los tacones y a volar”.
Alpargatas y a volar. La aldea.
Isabel es una hermana de mi madre. Va y viene por los caminos de la aldea. Usa alpargatas, viejas y gastadas. Vive, trabaja, ríe y se enfada también por esos caminos. Nunca se fue. A veces piensa en lo que no conoció por quedarse y sale a la calle, para no arrepentirse. Yo que ya la voy conociendo, se lo noto. Me doy cuenta cuando le entran las ganas de salir y me apresuro a estar cerca. Porque me gusta que me lleve con ella. Porque con ella no me pesan los pies, no me quejo de sed, se me olvida que de andar uno también puede cansarse.
Ella sube por los caminos que llevan al monte, entre chaparros. Desde allí arriba,

Me ha dicho esta tarde, al bajar la Cuesta de la Iglesia, que me va a regalar unas alpargatas como las suyas. Para ir y venir por los caminos. Para que vaya con ella y también sola. Para que me den ganas de quedarme. O de irme. Riéndose, me ha dicho contenta que cuando las tenga podré volar.
Textos :Belong
Fotografías:"Madrid.Sunday visit to the Archeological Museum" (Blog Babylonphotos).
y " Primavera tras los barrotes"( Blog Hodari ).
Hi, it's a very great blog.
ResponderEliminarI could tell how much efforts you've taken on it.
Keep doing!
Me ha gustado mucho leer "Tacones y a
ResponderEliminarvolar" y "Alpargatas y a volar".