Ilustración :Angela Carrasco

martes, 23 de diciembre de 2008

A dos velas



Este es un texto que escribí para el último Boletín de Moranchel de Invierno y dice así:


Ahora, antes de empezar a leer, cierra los ojos y piensa que hace mucho frío, frota tus manos una con la otra para producir calor y pásate tus manos por los brazos, lo digo por lo del cambio climático, pues igual estamos a 21 de diciembre y con los romeros en flor, y así no hay quién se ponga en situación. Si ya tu boca despide vaho puedes continuar leyendo ,de lo contrario déjalo para más fría ocasión.
Para leer cualquier texto que hable de la Navidad es imprescindible sentir frío , hambre y soledad ,para vivir la verdadera NAVIDAD ,esa de la que muchos predicamos y ninguno practicamos .Sentir necesidad de lo básico también nos sirve para no quedarnos con el corazón helado , inmovilizados , aletargados ,apoltronados , aburguesados y ñoños...
Ahora sí que sí ,llega la Navidad, cuando sentimos el frío que nos cala hasta el tuétano y no tenemos bocado que llevarnos a la boca, ni compañía que escuche nuestras penas ,ni un clavo ardiendo al que agarrarnos.
Si cuando esto sucede ( la Navidad ) te encuentras llegando al pueblo entras en un espacio en donde el pasado existe eternamente y el futuro no ha llegado. Puedes parar el tiempo, atraparlo, alumbrar aquel instante de cuando los primeros copos de nieve caen (porque a todos nos gusta ,especialmente, que nieve en Navidad, por aquello de las películas y la idealización ) e inmovilizarlo para siempre. Eso si que es la magia de la Navidad.



Así pues , la Navidad en cualquier pequeño pueblo se comporta de una manera imprevisible, como si fuera un personaje que deambula por el escenario de sus calles encargado de la
iluminación de una obra de teatro, que en un momento dado decide apagar todas las luces.
En Moranchel apenas hay luces de Navidad, ni hilo musical. Como mucho , en unas pocas ventanas centellean intermitentes pequeñas luces de colores, y como mucho ,oirás un villancico cada hora en punto en el reloj de la Plaza .
Dicen que los machacones villancicos y las deslumbrante luces inducen a comprar. En estos pueblecillos como no hay tiendas ,ni de que comprar...las luces y villancicos no son animadores del consumismo, sino señales de vida y alegría, luces que alumbran la oscuridad ,música que llena el silencio.


El calendario en el mes de octubre, los anuncios de televisión y las estanterías del súper llenas de turrones y polvorones son los pregoneros de estas

fiestas, pero solo el pueblo te da la oportunidad de tratarlas como un congelado, y las dejas ahí ,junto a los cubitos, los langostinos y el cordero hasta que lleguen las temperaturas bajo cero y la lotería. Entonces será una Navidad en familia al calor de unos chapodos. Navidad con aliagas ,sin cemento a raudales, Navidad junto a la chanza al amor de la lumbre. Será una Navidad en silencio, en soledad alegre.





Huir de la Navidad y lo que conlleva es imposible; solo los pequeños pueblos, como el nuestro, nos conceden un filtro, y todo parece más liviano y desprovisto de intenciones.
A los Reyes Magos este año de crisis les he pedido : que no nos olvidemos de disfrutar del frío, que no nos olvidemos que los días que pasamos pensando en cómo serán otros días, son intervalos muertos de tiempo que jamás retornarán, que no nos olvidemos de compartir alimentos y sonrisas. Que se nos olviden las oscilaciones de los índices financieros, las promesas viciadas de los políticos y otras muchas cosas que se me han olvidado...y que no se les olvide traernos crisis de vez en cuando para bajarnos los humos y los aires de prepotencia. Que no hay mal que por bien no venga y que cuando se cierra una puerta se abre una ventana .Los refranes y los proverbios casi nunca fallan y a buen entendedor pocas palabras bastan.




Que disfrutemos del olor a café recién hecho, que disfrutemos del sonido de la campana de la iglesia cuando te has acostado a las ocho de la mañana , que disfrutemos de los ladridos de los perros en plena resaca, que disfrutemos de ayudar y colaborar con las personas que se cargan con todo el trabajo de las cenas y comidas navideñas, que disfrutemos de las cagarrutas de oveja por las calles, que disfrutemos de las macetas colgadas en los balcones, que disfrutemos barriendo la calle de nuestra puerta ,que disfrutemos de los niños armando jaleo y dejándolo todo tirado por el suelo, que disfrutemos de la partida de mus en el bar, que disfrutemos de ver correr el agua por las regueras, que disfrutemos de los gritos de los borrachos de madrugada, que disfrutemos de los papelillos que vuelan desde la ventana de” la Amparo”, nieve artificial de verano , que disfrutemos de los cantos o graznidos de los pájaros al amanecer, que disfrutemos de los cardos que nos crecen en la puerta, que disfrutemos de aburrirnos y de no tener cine al que ir, que disfrutemos de las motos acelerando la cuesta arriba en la hora de la siesta, que disfrutemos de las briznas de hierba que crecen entre el asfalto y de las flores que nacen entre la basura.




Que disfrutemos de pueblos como Moranchel ,donde la Navidad transcurre sin grandes alardes, entre las tareas del campo y el pastoreo de ovejas por los cerros. Navidades de andar por casa. No se me ocurre mejor guiño a la vida ni mejor deseo en estas fechas y con esta dichosa crisis. . .
Y es también verdad que , todos los años Papá Noel con su trineo tirado por renos se pasa cuatro pueblos(Alaminos, Cogollor, Masegoso y Moranchel ) y nos deja sin sus regalos, además siempre nos quedamos sin misa del gallo , a dos velas y cuatro gatos. Pero, con todo

y con eso nos importa un bledo .Todavía nos quedan miles de estrellas brillantes sobre nuestras cabezas, mucha escarcha brillante bajo nuestros pies y los Reyes Magos con sus camellos que nunca fallan. Felices Fiestas morancheleros donde quiera que estéis.




Fotos: Juanjo.P.


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