Ilustración :Angela Carrasco

jueves, 17 de marzo de 2011

Estamos empantanados

2) Mirar de frente a la desesperanza y no bajar los ojos.
Por eso, escribimos.

41) Debería inquietarnos lo altamente inofensiva que resulta la poesía actual.
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58) ESTAMOS EMPANTANADOS:
REPINTANDO LAS MADERAS PODRIDAS DE UN BARCO A PUNTO DE NAUFRAGAR
No podemos contentarnos con la idea de que, al naturalismo sentimental de la poesía de anteayer, le tenga que suceder hoy o el realismo ingenuo de quien muestra sólo lo evidente previsible, o el apunte metafísico de quien vive –como clase– entre algodones, o esa poesía académica tan ideológicamente impecable que ha perdido por completo el contacto real con los hombres y mujeres de su tiempo.
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Sobre los restos agotados de un pavo real urbano, se miran inmóviles –y completamente inútiles– cangrejos, lirones y búhos.
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Dos palmos más abajo, removiendo el subsuelo, las lombrices de tierra mientras tanto trabajamos.


62) La menos advertida finalidad de buena parte de la poesía española reciente consiste en predisponernos a la resignación.
(Algunos fragmentos de El amor, la ira.Enrique Falcón )


«El capitalismo está en vías de domesticar una de las
fuerzas que parecían escapar a su poder: la de los
intelectuales protestatarios. La democratización marcha,
en esto, en el sentido del “orden” y de la compulsión: el
desarrollo de las técnicas de expresión les hace pasar por
el aro del Estado o de las potencias del dinero.
Establecido el reinado del productor, ¿qué lugar deja a las
fuerzas de protesta, de rebeldía, de utopía, es decir, a
todos aquellos que desordenan el trabajo? Encuadrado,
agobiado de premios y de condecoraciones como un
majadero electoral, el intelectual da ante ustedes la vuelta
de honor. Nadie tiene ahora nada que temer».
(J.-M. Doménach)

Se llama poesía todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles
La poesía tiene una puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes. No es una puerta cerrada con llave o con cerrojo, pero su estructura es tal que, por más esfuerzos que hagan los imbéciles, no pueden abrirla, mientras cede a la sola presencia de los inocentes. Nada hay más opuesto a la imbecilidad que la inocencia. La característica del imbécil es su aspiración sistemática de cierto orden de poder. El inocente, en cambio, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos.
Por supuesto, es el pueblo el poseedor potencial de la suprema actitud poética: la inocencia. Y en el pueblo, aquellos que sienten la coerción del poder como un dolor. El inocente, conscientemente o no, se mueve en un mundo de valores (el amor, en primer término), el imbécil se mueve en un mundo en el cual el único valor está dado por el ejercicio del poder.
Los imbéciles buscan el poder en cualquier forma de autoridad: el dinero en primer término, y toda la estructura del estado, desde el poder de los gobernantes hasta el microscópico, pero corrosivo y siniestro poder de los burócratas, desde el poder de la iglesia hasta el poder del periodismo, desde el poder de los banqueros hasta el poder que dan las leyes. Toda esa suma de poder está organizada contra la poesía.
Como la poesía significa libertad, significa afirmación del hombre auténtico, del hombre que intenta realizarse, indudablemente tiene cierto prestigio ante los imbéciles. Es ese mundo falsificado y artificial que ellos construyen, los imbéciles necesitan artículos de lujo: cortinados, bibelots, joyería, y algo así como la poesía. En esa poesía que ellos usan, la palabra y la imagen se convierten en elementos decorativos, y de ese modo se destruye su poder de incandescencia. Así se crea la llamada "poesía oficial", poesía de lentejuelas, poesía que suena a hueco. La poesía no es más que esa violenta necesidad de afirmar su ser que impulsa al hombre. Se opone a la voluntad de no ser que guía a las multitudes domesticadas, y se opone a la voluntad de ser en los otros que se manifiesta en quienes ejercen el poder. Los imbéciles viven en un mundo artificial y falso: basados en el poder que se puede ejercer sobre otros, niegan la rotunda realidad de lo humano, a la que sustituyen por esquemas huecos. El mundo del poder es un mundo vacío de sentido, fuera de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse sino un modo de participar en la realidad misma. Recurre a la palabra, pero busca en ella su valor originario, la magia del momento de la creación del verbo, momento en que no era un signo, sino parte de la realidad misma. El poeta mediante el verbo no expresa la realidad sino participa de ella misma. La puerta de la poesía no tiene llave ni cerrojo: se defiende por su calidad de incandescencia. Sólo los inocentes, que tiene el hábito del fuego purificador, que tienen dedos ardientes, pueden abrir esa puerta y por ella penetran en la realidad. La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.

(Por Aldo Pellegrini Publicado en Poesía = Poesía Nº 9 Agosto de 1961, Buenos Aires)

Otra de las cosas que me asquea es el silencio.
Debe ser porque soy poeta y al serlo, no puedo comprender un solo mundo callado.
No puedo soportar la afonía, me parece tan criminal como la misma muerte indiscriminada que nos atiza.
No entiendo al ser humano que vive con los labios cosidos de indiferencia.
Me repugna pensar que hay gente que pasa por la vida sin gastar la garganta, sin usar la voz para decir basta, sin cerrar los puños, sin dejar volar la rabia.
Porque no hace falta mirar a la lejanía para ver que a nuestro lado van los pies descalzos, las mesas no están puestas, la violencia asoma en cada esquina y nos asfixia.
No hace falta ser una iluminada para saber a quien beneficia nuestro mutismo.
Y yo no entiendo esta vida si no es contigo, con los pueblos, con pan, con abrigo.
Y yo no entiendo esas voces sin parir, esas voces enfermas que con su mudez nos castigan.
No las entiendo.
Me dan asco los que caminan con la boca apretada porque nosotros, los que hablamos alto, los que no tememos miedo a la palabra dicha a pleno pulmón morimos por decirla limpia de injusticia. (Silvia Delgado )

2 comentarios:

  1. La mayoría de la poesía actual está.. digamos.. vacía.

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  2. “Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros”
    (Baltasar Gracián)

    "(...) me despido de estos poemas:
    palabras, palabras -un poco de aire
    movido por los labios- palabras
    para ocultar quizás lo único verdadero:
    que respiramos y dejamos de respirar."
    (Jorge Teillier)

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